lunes, 21 de diciembre de 2009

¿Habría que bailar ese danzón que tocan en el cabaret de abajo?

Dice una de esas canciones llenas de sabiduría popular, que los caminos de la vida, no son los que uno pensaba, ni los que uno quería y mucho menos, los que uno imaginaba. Me consta de primera mano que esa es una aseveración bastante elocuente.

¿Nunca les ha ocurrido, que terminan en algún lugar preguntándose simplemente cómo terminaron en él?
A mí sí.

Uno se levanta de su cama, en un estado próximo a la muerte en vida después de una noche de farra como muchas otras, pensando que simplemente hará lo que tiene que hacer y punto, no por el hecho de tener que hacerlo sino porque es lo que cada uno, a cada momento elije.

Por diversas razones 200'000 personas fueron el sábado a un concierto en el ángel de la independencia que de haber sido al día siguiente, simplemente hubiera sido tal vez una mala broma: Plácido Domingo. Pero el haber sido en sábado no le quita el buen sabor de boca que dejó entre óperas, zarzuelas, música popular mexicana y la impresión que me dio de que semejante tenor reconocido a nivel internacional, es ante todo alguien muy humano.

Y es entonces cuando mi realidad se reconfigura (Damn it!). Me hallé sorprendido por una llamada que no esperaba, pero que ansiaba recibir sin importar dónde me encontrase, qué hiciese o qué hora fuese. Así son esas cosas: la conspiración de la fortuna.

De pronto uno se halla sumergido en una espiral de la sinrazón donde la emoción y el sentir parecen ser lo más cuerdo que uno pueda seguir. Son sólo unos tragos en la espera de fijar un rumbo en la enorme noche para no quedarnos como tontos, sentados, pensando, en una sala sin hacer nada.

Una situación conlleva a otra: no sabía cómo iba a acabar. Y sorprendente es el verse a sí mismo limitado, atado a la tecnología y sin ella, sentirse varado por estúpido que eso suene. Pero es que una vez más, lo que significan y simbolizan las cosas pueden ser más importantes de lo que a simple vista puede parecer.

Es como uno de esos absurdos juegos en los que yo nunca yo nunca sería capaz de hacer lo que a veces hago, pero las formas y los fondos lejos de la incongruencia, son inconcebibles dentro de la cuadratura del círculo del pensamiento lineal. Así es la mayoría.

Por lo demás, el caminar por esas calles en el centro que tanto simbolismo guardan para aquellos que no han olvidado lo que otros no quieren recordar; lo significativo de cada una de esas palabras, de esas acciones, de todo aquello que a mí me dice algo y que sé que también a ti.

Es el amargo recuerdo de un dulce momento caminando entre edificios que podrían también contarte historias maravillosas, que al igual que tú, están suspendidas en el presente, pensando que el futuro las alcanzará siendo un pensamiento grato del pasado.

Bizarro, surreal, de esos acontecimientos que parecieran estar escindidos de la realidad. Pláticas de música de las que yo no conozco, pero alguien más ha de poder conversar; sucesos que parecen haber salido de la imaginación turbia de algún sociópata pero que a mí me consta que fueron reales porque los percibí y para bien estuve ahí.

Y al final de todo, despertar en una realidad posible si ese vil designio que no conozco y mucho menos comprendo no nos mantuviera separados. Esa realidad que es por demás fantástica en la que despierto y estas a mi lado, dormido, tranquilo sin conflicto alguno... así como podría despertar a cada mañana.

Por lo demás, sólo les puedo cuento que la peda estuvo buena en el centro, el fin de semana fue simplemente maravilloso y aunque sabía que terminaría en alguno momento, pareció eterno para mi alterada percepción del tiempo.

Fuera de todo esto, les recuerdo que aquí falta el post navideño, el de mi cumpleaños con mi resumen de crisis emocional y anexos; y el post del recuento del año que se nos va así como mis deseos para todos ustedes de año nuevo.

Y mientras tanto, los quiero... bastante... ¡y comentando esta entrada!

P.S. Claro, soy un desconsiderado de primera, todavía de que les escribo entradas de este tipo que nadie debería de escribir, mucho menos leer y ni que decir de comentar, se me había olvidado poner este vídeo para que de menos, puedan reir un rato... ¡Ahí disfrútenlo y recuerden que es el hit del próximo año!

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