martes, 8 de diciembre de 2009

Y es que yo tampoco sé nada...

No sé qué postear, pero eso es de las últimas cosas que de buenas a primeras me quitan el sueño.

Sé tal vez muchas cosas, puedo contarte de tanto, podría dilucidar de más, pero la verdad es que no sé nada. Entre más estudio, "sé" y "aprendo", me doy cuenta de que es tan poco lo que sé de este mundo... Me doy cuenta que soy una ínfima y nula parte de un todo tan complejo que por momentos tengo la certeza de que no está sincronizado de ninguna manera, y mucho menos estoy sincronizado yo con él.

Parece que me he dado cuenta que el mundo en el que vivía, no es el mundo en el que se supone se vive, el mundo que me contaron, el mundo con el que me hicieron crecer; es un mundo ajeno a mí, en el que me siento extraño, como si fuera desconocido para mí en el que nada de lo que me enseñaron, como todas aquellas cosas que enaltecen y vuelven noble y hacen resplandecer lo que sea, nada de eso existe.

No estoy seguro de lo que sé, de nada de ello. Tampoco de que todo aquello que pienso sea real, y mucho menos estoy seguro de lo que creo. ¿Cómo estar seguro de algo que no es, de algo que no está, de algo que no existe, que no puedo palpar, que no puedo ver, que no puedo percibir?

Tengo la certeza de que lo único que no me pueden arrebatar es lo que sé, pero nada de lo que sé lo puedo tocar, oler, besar, saborear... Tampoco están frente de mí la libertad, la justicia, la fortuna, la dicha, la igualdad, el amor... ¿Cómo tener la seguridad de que existen? ¿Cómo decir que no es el resultado de un mal rollo mental de alguien?

Y es extraño todo este sentir. Sólo me había ocurrido una vez, parado sobre una lancha justo en medio del escudo chiapaneco, en el cañon del sumidero, donde me daba cuenta en ese momento de que no soy nada.

Me recuerdo a Álvaro de Campos y la Tabaquería que yo no conozco y por ende, parece que suplo con otras cosas...
Não sou nada.
Nunca serei nada.
Não posso querer ser nada.
À parte isso, tenho em mim todos os sonhos do mundo.
(...)
Estou hoje vencido, como se soubesse a verdade.
Estou hoje lúcido, como se estivesse para morrer,
E não tivesse mais irmandade com as coisas
(...)
Fui até ao campo com grandes propósitos.
Mas lá encontrei só ervas e árvores,
E quando havia gente era igual à outra.
Saio da janela, sento-me numa cadeira. Em que hei-de pensar?

Que sei eu do que serei, eu que não sei o que sou?
Ser o que penso? Mas penso ser tanta coisa!
E há tantos que pensam ser a mesma coisa que não pode haver tantos!
Génio? Neste momento
Cem mil cérebros se concebem em sonho génios como eu,
E a história não marcará, quem sabe?, nem um,
Nem haverá senão estrume de tantas conquistas futuras.
Não, não creio em mim.
Em todos os manicómios há doidos malucos com tantas certezas!
Eu, que não tenho nenhuma certeza, sou mais certo ou menos certo?
Não, nem em mim...
(...)
O mundo é para quem nasce para o conquistar
E não para quem sonha que pode conquistá-lo, ainda que tenha razão.
Tenho sonhado mais que o que Napoleão fez.
Tenho apertado ao peito hipotético mais humanidades do que Cristo,
Tenho feito filosofias em segredo que nenhum Kant escreveu.
Mas sou, e talvez serei sempre, o da mansarda,
Ainda que não more nela;
Serei sempre o que não nasceu para isso;
Serei sempre só o que tinha qualidades;
Serei sempre o que esperou que lhe abrissem a porta ao pé de uma parede sem porta
E cantou a cantiga do Infinito numa capoeira,
E ouviu a voz de Deus num poço tapado.
Crer em mim? Não, nem em nada.
Derrame-me a Natureza sobre a cabeça ardente
O seu sol, a sua chuva, o vento que me acha o cabelo,
E o resto que venha se vier, ou tiver que vir, ou não venha.
Escravos cardíacos das estrelas,
Conquistámos todo o mundo antes de nos levantar da cama;
Mas acordámos e ele é opaco,
Levantámo-nos e ele é alheio,
Saímos de casa e ele é a terra inteira,
Mais o sistema solar e a Via Láctea e o Indefinido.

(Come chocolates, pequena;
Come chocolates!
Olha que não há mais metafísica no mundo senão chocolates.
Olha que as religiões todas não ensinam mais que a confeitaria.
Come, pequena suja, come!
Pudesse eu comer chocolates com a mesma verdade com que comes!
Mas eu penso e, ao tirar o papel de prata, que é de folhas de estanho,
Deito tudo para o chão, como tenho deitado a vida.)

Mas ao menos fica da amargura do que nunca serei
A caligrafia rápida destes versos,
Pórtico partido para o Impossível.
Mas ao menos consagro a mim mesmo um desprezo sem lágrimas,
Nobre ao menos no gesto largo com que atiro
A roupa suja que sou, sem rol, pra o decurso das coisas,
E fico em casa sem camisa.
(...)
Vivi, estudei, amei, e até cri,
E hoje não há mendigo que eu não inveje só por não ser eu.
Olho a cada um os andrajos e as chagas e a mentira,
E penso: talvez nunca vivesses nem estudasses nem amasses nem cresses
(Porque é possível fazer a realidade de tudo isso sem fazer nada disso);
(...)
Mas um homem entrou na Tabacaria (para comprar tabaco?),
E a realidade plausível cai de repente em cima de mim.
Semiergo-me enérgico, convencido, humano,
E vou tencionar escrever estes versos em que digo o contrário.
(...)
Y yo no escribo esto para probar que soy sublime, tal vez. Puede que te lo cuente para que lo sepas simplemente, o simplemente tenía que escribirlo y no es para ti en realidad. De la misma manera puede ser la crisis existencialista de mis 20 años. Tampoco lo sé...

Lo cierto es que en determinado punto de esta historia, que es mía y día a día escribo, apareciste tú. Y justo en ese momento, al igual que a Álvaro de Campos con Esteves sem metafisica, mi universo completo se reconfiguró.

Y escribiendo estas líneas que se suponen dan constancia de... Me doy cuenta de que soy capaz de describir, con palabras que es, para qué es, como es, por qué es y ubicar en el tiempo y el espacio lo que sea e incluso a quien sea.

Tomando conciencia de ello y recordando olvidos, tengo la certeza de que eso es sólo el comienzo... Esta noche creo que puedo elegir, decidir y de hacer, realizar, llevar a cabo... No sé ni siquiera por dónde comenzar, pero ya es tiempo de hacerlo.

Y podría ser que esta noche te escriba los versos más tristes como una noche Neruda hizo lo suyo; podría hablar de la gente que me gusta (que es gente como tú), como lo hizo Benedetti; de la luna que es buena como hipnótico y sedante como dijo Sabines...

Pero no lo haré, esta noche...

la única certeza que tengo, es aquella de lo que siento por ti.

7 comentarios:

  1. Awww, no le entendí ni madres a lo de la tabaquería, pero todo lo demás me pareció muy bonito, sobretodo la del final "la única certeza que tengo, es aquella de lo que siento por ti", eso me pareció mucho muy lindo.

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  2. Yo sólo sé que no sé que escribir entre tantas cosas, e igual ni sé si esto era para que lo leyera yo o no, o quizá sí.

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  3. ja ja ja aveces me siento como tu X_x los capricornios fumamos demasiadas rarezas...:P saludos wapo

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  4. Número uno, detesto que escribas en portugués. Será muy parecido al español, pero eso mismo dicen con el italiano y ninguno de los dos los entiendo pa' la pinga.

    Número dos, me gusta todo ese walla walla existencialista, pero no perdono faltas de ortografía.

    Número tres, ánimo :D jajajajajaja siga usted con su blog. Me hace pensar que vale la pena ponerse a escribir así nomás por el puro gusto.

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  5. Yo, toda metiche, aqui chismeando en tu blog... ¡Wow niño! Está genial... Super cool... De verdad... Que buen texto... =) Y es que a veces cuando la inspiración sale del alma y es el corazón el que escribe sin pasar por la cabeza, los textos saben más ricos... =)

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