sábado, 24 de enero de 2009

¡Centenar!

Pues así es señoras y señores, amables lectores de este mi blog. Hemos por fin llegado al post número 100 entre pendejadas, chiste idiotas, resúmenes de mi vida académica, emocional y familiar...

Gracias a todos lo que leen, a los que comentan (aunque algunos digan que esto es una versión moderna del diario de Rosita Fresita), a los que me dejan memes, a los que en secreto leen mi blog (porque dicen que no, pero sé que lo leen) y así...


Por eso... ¡Me comeré un brownie!


Y realmente sólo subo este post para que quede asentado que ya llevo 100 posts...

Tarea Blogger encargada por el Chipocludo McFly

El Chipocludo McFly me dejó tarea bloggerística y no la había podido hacer...

Pero para que no se quejen aquí está:

1. Go to the 4th folder in your computer where you store your pictures.
2. Pick the 4th picture in that folder.
3. Explain the picture.
4. Tag 4 people to do the same!

Pero bueno, con el desmadre que saben que soy, mi carpeta de Imágenes no sólo tiene fotos. Tiene videos, tiende audios... Y la cuarta carpeta es precisamente la de arréglame, donde cuando tengo liberar memoria en mi celular paso todos los archivos que puedo.

Para no buscarle tres pies al gato, resulta ser que mi cuarto archivo es un audio que grabamos sabrá dios que día. Se suponía nadie podía escucharlo más que los que estábamos presentes ese día; sin embargo, recuerdo que ya lo contamos en la escuela por lo que supongo que no habrá problema si yo lo publico.


Nuevo Loma Linda - Paola, Daniel San, la Winehouse, Kika, Mariela San

¡Escúchenlo! Daniel "El raro" San cuenta en él la historia de cómo llegamos al lugar donde lo grabamos. Otro día con más calma les cuento a detalle qué sucedió.

Y como tengo que dejarles la tarea a otros cuatro bloggers:

A Bärbara Cullen, para que se queje.
A Lorena, nada más porque se me ha ocurrido.
A Mona, a ver si con suerte conocemos algo curioso acerca de Changostlán del Mono.
A Cool-Acid, para que no diga que la tarea bloggerística no le toca a él y se queda con las ganas.

A Nossa Senhora Das Candeias...

El dos de febrero, es el día de la Candelaria. Es el día en el que al desafortunado que sacó niño en la rosca de reyes le toca poner los tamales.

Sin embargo, el festejo real se trata de Nuestra (si quieren es suya también, si no no) Señora de la Candelaria que resulta ser una advocación más de la Virgen María. La conmemoración tiene que ver con la purificación de María a los 40 días de haber dado a luz a Jesús, y a la presentación de este último.

Candelaria, de ser Nuestra Señora de la Luz, porque Jesús es la luz que vino a iluminar al mundo. Pero pues este post no se trata acerca de los tamales ni de porqué es el día de la Candelaria y no de la lámpara de mesa.

Los yoruba y su mitología tuvieron una gran influencia en el américa a partir del tráfico de esclavos. De ella deriva el Candomblé, de práctica sumamente arraigada en Brasil. Lo que sé del Candomblé es por lo que he leido y por lo que mi maestra de portugués me llegó a contar.

Y es que es realmente complicado... Maes e Paes do Santo, que lo invocan en el Terreiro y recebem o Santo. El no pronunciar los nombres de los orixás porque sólo pronunciarlos es invocarlos... y una serie de creencias que yo no lo sé de cierto, pero como bien me decía Martha es imposible que alguien que recebe o Santo no presente mayores complicaciones de los movimientos que realizan en el Terreiro por largo tiempo.

Iemanjá es una de las Orixás más importantes... madre de muchos orixás, reina del mar y de los ríos, protectora de pescadores y marineros... Dicen que ella se lleva los problemas y lo que nos aflije.

El sincretismo en Brasil, la asocia con Nuestra Señora de la Luz, Nuestra Señora de la Candelaria... Por ello, el 2 de febrero en Bahía, se le festeja; así como en Rio de Janeiro se le festeja el 31 de diciembre por lo que la gente recibe el año nuevo en la playa vestida de blanco cargando velas.

Así que ya saben... Si quieren pedirle a Iemanjá que no se lleve de su lado a la persona que aman o que les traiga a un amor, pueden ir a la playa, o a algún río vestidos de blanco a dejarle flores y velas; a bailar y reír; para que ella se lleve sus peticiones esperando no las regresen las olas...

Un Santo entre nosotros...

Fui al centro hace algunos días con Iván, a dejar mis lentes y a caminar por ahí. Después de discutir si era un buen regalo para su sobrino de apenas un par de años, un dvd de una de esas series que dios sabe porque existen o algo más educativo, seguimos vagando por el centro.

Fuimos a dar a esas calles que están detrás de catedral y recordé que yo andaba buscando algo. Lo que andaba buscando era la imagen de un santo.

Resulta que buscando más acerca del santo, me topé con lo siguiente: Su verdadero nombre fue Fernando de Bulhões, y nació en Lisboa el 15 de agosto de 1195. Es el santo de los milagros, por la innumerable cantidad: El milagro de la acémila, la reinjertación de un pie, la resuscitación de un joven,

Santo patrono de las cosas perdidas ya que, según dice la historia, la Virgen María le regresó un par de objetos perdidos. A sus 352 días de muerto fue canonizado. Es doctor de la iglesia desde hace 62 años. Asi mismo es Santo Patrono de la ciudad de Lisboa y de Padua.

Pues yo creo que sólo me faltaría decirles cuál es la costumbre para que adivinaran qué santo compré: El 13 de junio se le festeja, y lo que hacen en cualquier fecha es quitarle al niño que carga en brazos y voltearlo de cabeza para que les busque novio/novia/peor-es-nada/cualquier.

Así es señoras y señores... Compré una figura de San Antonio de Padua. Pero fue graciosísimo, porque la chava que me atendió me preguntó que si con muñeco removible o fijo. Y ahí me enteré de cómo era la cosa para pedirle novio... me dijo que cómo lo quería y le contesté que era para mi má.

Ha aquí el San Antonio de Padua que compré...

Entonces más presta que nada cambió la figura-con-niño-removible y dijo que de seguro era la otra la que quería. Le contesté que no, que mi má lo quería para buscar novio y ya media tienda estaba muerta de la risa. Aclaro: Mi má no me mandó por el santo, pero se me hizo gracioso decírselo a la chava.

Total... después de pensar qué hacer con el santo, me decidí a darle una ubicación donde estuviera a la vista para ver si me hace el milagro. Y así quedó...

Es que la otra foto está al revés...
pero quedó pegado del techo; de una trave del comedor.
Comparte lugar con Lupita, Chucho y la Santa.
¿Chévere no?


Por cierto....
a mí sí me hizo el milagro y me consiguió novio.

¡Extra! ¡Extra!

Pues ni más ni menos que presenté extraordinario de Sociedad y Política del México actual. Reprobé y reprobé de lo lindo; hasta un buen sabor de boca me dejó mi calificación no aprobatoria.

Pero bueno, este post estaba pensado para ser publicado con los demás hace algunos días. Sin embargo, ya saben que soy un hombre de múltiples ocupaciones y no había tenido tiempo de hacerlo. Por ello, les cuento más bien cómo estuvo el extraordinario...

Resulta que para variar llegué tarde (Si me conocen sabrán que siempre llego entre 15 y 45 minutos tarde normalmente) y cuando por fin estuve en el salón, ya no había nadie. Entonces lo pensé bastante y me dije "pues es la misma profesora que aplica el extraordinario en la tarde".

Esperé cuatro horas más para que cuando subimos Isela y yo (porque también reprobó) nos encontráramos una hoja que decía que esperáramos hasta las cinco y luego fueramos con la hermana de la profesora que nos aplicaría el examen.

—He aquí el primer punto en cuestión... Se supone los exámenes los aplican dos sinodales, en mi caso una era la hermana de la profesora que me dio Teoría de la Comunicación I (a la que vi sólo tres veces en todo el semestre) y mi profesora de Legislación de la Comunicación en México. Y yo me pregunto... ¿Dónde estaba mi profesora de Legislación?

Entonces nos dio como que un poco de curiosidad y bajamos a preguntar por la profesora. Pues resulta que se había ido a comer, tanto ella como su hermana.

—Segunda pregunta... ¿Qué no deberían de estar ahí a la hora asignada?

A las cinco llegó y nos aplicó examen. No estuvo tan complejo, sin embargo sí fue un poco complicado. Milagro Mexicano, José López Portillo, inflación, recesión, devaluación, movimiento cristero...
Tengo la esperanza de que lo pasaré. Y si no, de menos ahora me sé a todos los expresidentes desde Benito Juárez hasta Fox.

En el siguiente post, más quejas acerca de la F.E.S. Acatlán...

jueves, 15 de enero de 2009

Tal vez no postear esto fuera lo mismo... Creo que no.

Son casi las cinco de la mañana. Tiemblo de frío mientros escucho a Regina Orozco cantando Nunca; una canción más vieja que la más vieja de mi casa. En el cenicero atiborrado de colillas y cenizas se encuentra un cigarro que fumo. Me quedan dos más en la cajetilla.

Son las casi las nueve de la mañana en Nueva York, las cuatro en Paris, las cinco en Roma, las dos en Londres, la una en El Cairo... no sé qué hora será en Nueva Delhi, pero sé que en un rato mi má se levantará y me gritará un poco por el no haber dormido.

Es enero y hace frío, eso no extraña; raro que llueva porque se supone aplican las cabañuelas de acuerdo a lo que contaba mi bisabuela. Pero qué más podemos esperar de este mundo que es no sólo extraño sino que a mí, me duele.

Desde hace horas estuve pensando en el tiempo, en el no tiempo; finalmente no existe, no puedo tocarlo, no lo veo, no lo escucho ni lo palpo. Luego leí: notas, columnas, entrevistas, reportajes. Política, Economía, Socialité, Cultura...

Y me sigue doliendo. ¿Qué acaso no nos damos cuenta de que estamos errándola? ¿No concebimos realmente que nada de lo que estamos haciendo está bien? ¿O es que acaso me hace falta dormir?

Crisis económica, desigualdad social, disturbios, guerra, hambre, odio... ¿A donde queremos llegar? Y es que tal vez y sólo tal vez, no tenemos memoria. No recordamos y cada vez somos más ignorantes.

Y me vienen a la mente muchas cosas que podría poner de links: artículos, notas, páginas, citas. No tiene caso que repita lo que muchos han dicho y pocos escucharon. Podría, a la inversa, recalcar a través de cuantos recursos encuentre la lista de males que he citado. Tampoco le hallaría sentido.

Sin embargo, me vienen a la mente palabras de personas cercanas y no tan cercanas. Sabias no por su educación, sino por su opinión y percepción.

¿Todo esto a qué viene? A que nos estamos yendo directo a la chingada y parece que a nadie le importa. ¿Qué no podemos dejar de lado lo que nos diferencia?

Qué más da si yo vivo en Changostlán del Mono o en Foxilandia, si fumo y tu no, si mi dios es Jehová o es Alá, si gano más o gano menos... A final de cuentas nada más estamos de pasada. ¿Tan difícil es pasárnosla bien?

Y es que pensé escribir acerca de las religiones de familia abrahamánica, acerca de la guerra en la Franja de Gaza, del Encuentro Mundial de las Familias; de tantas cosas que al parecer nos atañen, nos polarizan, nos dividen y nos afectan.

Luego recordé... Que lo importante es creer, reir, gozar, hacer, decir, pensar, leer, escribir, sentir, querer, llorar, emocionarse, ilusionarse, reflexionar, hasta sufrir... que si me equivoqué ya lo hice pero no por es se acabará el mundo; que no pasará nada nos detenemos un segundo a pensar qué diantres está pasando y no hacer de cuenta que no pasa nada.

En resumidas cuentas, actuar. No hacernos pendejos como que hacemos pero no hacemos ni madres: que si nada más yo, que no cambiará nada, que de qué sirve... Pero parece que lo que hemos olvidado es simplemente vivir.

Necesitamos deternos y ponernos de acuerdo en cosas fundamentales para nuestra convivencia. Recordar qué con cada quién y cada cual para poder jugar de nuevo a la canicas aunque me ganes mi bombocha y me lleve tus agüitas. Porque a final de cuentas lo chido es jugar y no juntar canicas.

Que si no sirve para qué lo queremos, y si sirve porqué no lo hacemos. Que es más lo que nos une que lo que nos diferencia.

Hemos olvidado que a final de cuentas todos somos humanos.

Dedicado: a quien le movió algo; a quien no piensa, cree y sueña solamente sino que aparte de ello actua; a la señora de los flanes de la esquina de mi casa; a todo aquel que escucha, que mira y observa y no pretende hacerlo; a quien confía por más que le digan imbécil por hacerlo (o él mismo se lo diga); a quien quiere aunque le vaya de la chingada muchas de las veces y está dispuesto a volver a chillar...

A todo aquel que simplemente no cree en esto pero que creo en ustedes. A todos los que no se dan ni dan la oportunidad porque ustedes la tienen.

A Zenit que me dirá que soy un idealista. A Cool Acid que no soportó ese video mas que por minuto y medio. A Mona que posteó el video del perro que ayudó a otro perro. A quien leyó hasta aquí y a quien no lo hizo también. Y a todos lo que no mencioné aquí pero deben de estar.

lunes, 12 de enero de 2009

¡Dios mío!

Les contaré un secreto.

Ayer, mientras dormía me avisaron que Dios estaba muriendo y que acababa de entrar en estado de coma. La noticia obviamente me impresionó y me dejó estupefacto en sueños. ¿Por qué estaría muriendo Dios? ¿Qué podría hacer por él?

Luego me puse a pensar en el mismo sueño... ¿Puede morir? ¿No eso de morir es de los mortales? Hasta donde yo sé no puede morir... ¡Ni sangre tiene! Y es que realmente no entendía.

Me puse triste en mi sueño. Y es que como bien dice Sabines Me encanta Dios; más después de que conmigo realmente se le pasó la mano y sí me rompió una pierna. Es uno de los pocos por los que lloraría su muerte: como mi abuelo, mi tía Chencha, y mi tía Chofis.

Y si moría... ¿Qué haríamos sin él? ¿Qué nos esperaba?

Desperté inquieto y no salí de mi cama hasta muy tarde. No compré y mucho menos leí el periódico hoy porque las noticias no tendrían sentido. Dios moría y nadie podía hacer nada. Después de pensarlo mucho salí de mi cama, tras acabarme el café que mi hermano me llevó. A final de cuentas sin Dios el mundo tendría que seguir.

Quería que lloviera, realmente desée que lloviera. Me sentía triste.

Tomé un baño, preparé pasta y parecía que nadie sabía que estaba muriendo. Prendí el televisor y no encontré una cobertura especial en los medios que estuviera al pendiente de su estado de salud. En la radio la música se transmitía como cualquier otro día.

Entonces decidí revisar mi mail. Tal vez mis amigos que viven del otro lado del océano estarían preocupados por lo que pasara sin Dios. No encontré ningún mail de ellos, pero encontré un mail muy extraño que no decía la hora a la que había sido enviado... y no tenía remitente alguno como si realmente no existiera.

Dudé un segundo en abrirlo porque no tenía asunto. ¿Sería un virus? ¿Sería una amenaza? Me decidí a abrirlo convencido de que no era nada de eso. Sólo decía "No me decepciones". No había más en él.

Horas después llegó mi má. Yo no había notado que estaba lloviendo. Entonces me volvió a asaltar la duda... ¿Llueve porque el cielo está de luto? ¿Son las lágrimas de Dios? No podía soportar la idea, de que realmente, Dios estuviera muriendo y yo no hiciera nada. Salí a la tienda a comprar cigarros y mientras caminaba por la calle obscura, el viento soplaba entre mis dedos; las gotas de lluvia corrían por mi cara, estaban frías.

Regresé convencido de que tenía que hacer algo. Mi hermano jugaba Wii sin ninguna preocupación; mi má veía una película. Abrí la ventana de la sala y me senté a beber una taza de café mientras veía cómo llovía. Me levanté por un encendedor y tomé una vela.

¿Serviría una plegaria elevada a Dios para que él no muriera? ¿No sería de imbéciles rezarle acaso? Dejé de pensar estupideces y prendí la vela... La tomé entre mis manos y le llamé por cuantos nombre sé que tiene... Yahvé (יהוה), Alá (اﷲ), Adonai (אֲדֹנָי), Jehová, ...

Entonces le pedí que no muriera... le dije que yo creía en él. Que no podía morir y dejarnos a todos aquí... sin él. Le recordé que él es el que cuida a todos los que amo, el que debe de velar por ellos las noches que yo duermo... Que él es el que bendice a todos cuantos conozco, a los que no he conocido todavía...

Le pedí que se siguiera encargando de lo que sea que él se encarge. Y creo que hice que recapacitara y decidiera no morir. Luego le supliqué algo que no puedo decirles porque quedamos que es un secreto entre él y yo... sólo les diré que le suplique por alguien en particular (y no es el peje, ni felipillo). Es una de las pocas súplicas que puedo decir en árabe.

Creo en ti, le murmuraba; mi vela se apagó de la nada.

Entonces la volví a prender y la dejé fuera de la ventana, para recordarle mis plegarias y mis súplicas. Supongo que arreglamos todo entre él y yo porque pese al viento la vela no se apagó hasta consumirse.

A final de cuentas, tal vez y sólo tal vez, sólo necesitabamos volver a creer el uno en el otro.

jueves, 8 de enero de 2009

Del día de Reyes...

No me trajeron nada los Reyes Magos, mas que dulces. En fin, creo que me han dejado de ver como un chilpayate. Sin embargo, este post no es para quejarme sino para compartir con ustedes lo escrito en la columna Cancionero, de Félix Cortés Caramillo, publicada bajo el nombre Tres cochinitos, el día seis de este mes en Milenio Diario.

No. Ni eran reyes ni eran magos. No venía uno en burro, el otro en caballo y el tercero en otro semoviente.

Si se quiere todavía confundir una creencia, el evangelio según Mateo establece que si acaso, los tres reyes magos eran sabios y venían de fuera desde el oriente del territorio que hoy llamamos Palestina. Lo más probable, dicen los que dicen que saben, es que fuesen unos astrónomos persas que andaban, como su oficio obliga, persiguiendo a las estrellas. En este caso un trío de observadores sin duda locos —porque es cualidad de sabios estar así— se dio al seguimiento de una luz en el cielo que hoy llamamos la estrella de Belén.

Al final del día lo que importa es la leyenda, y los mexicanos vivimos de ellas. La espada que se fue en prenda, la pértiga de Alvarado, el árbol de la noche triste o la tilma de Juan Diego nunca existieron; pero junto con otros mitos configuran la columna vertebral de los mexicanos y de lo que hoy llaman su idiosincracia.

Hoy, al celebrar el Día de Reyes, lo que hacemos es honrar el valor más importante de los humanos: la generosidad. La disposición que esos “hombres sabios” que así se les llama en la mayoría de los idiomas que yo conozco de acudir con, dicen, mirra, incienso y oro al pesebre en el que, dicen, nació Jesús. Celebremos, pues, esa actitud de dar; lo que sea, pero desprenderse de lo que tenemos a la mano. Aunque no sea mirra, que a mí me tomó decenios saber qué era.

En las tierras en que los hoy Reyes Magos andaban siguiendo una estrella, esta noche los niños, si acaso ven alguna, están mirando en el cielo estelas de cohetes o ráfagas de metralleta. Los uniformes de los soldados de Israel son más familiares que la teta de sus madres.

Todavía nuestros turistas le llaman Tierra Santa.

Nosotros, a fuerza de madrazos, le estamos cambiando el nombre.

Generosidad,
algo que parece costarnos mucho hoy en día.

Del día de Reyes...

No me trajeron nada los Reyes Magos, mas que dulces. En fin, creo que me han dejado de ver como un chilpayate. Sin embargo, este post no es para quejarme sino para compartir con ustedes lo escrito en la columna Cancionero, de Félix Cortés Caramillo, publicada bajo el nombre Tres cochinitos, el día seis de este mes en Milenio Diario.

No. Ni eran reyes ni eran magos. No venía uno en burro, el otro en caballo y el tercero en otro semoviente.

Si se quiere todavía confundir una creencia, el evangelio según Mateo establece que si acaso, los tres reyes magos eran sabios y venían de fuera desde el oriente del territorio que hoy llamamos Palestina. Lo más probable, dicen los que dicen que saben, es que fuesen unos astrónomos persas que andaban, como su oficio obliga, persiguiendo a las estrellas. En este caso un trío de observadores sin duda locos —porque es cualidad de sabios estar así— se dio al seguimiento de una luz en el cielo que hoy llamamos la estrella de Belén.

Al final del día lo que importa es la leyenda, y los mexicanos vivimos de ellas. La espada que se fue en prenda, la pértiga de Alvarado, el árbol de la noche triste o la tilma de Juan Diego nunca existieron; pero junto con otros mitos configuran la columna vertebral de los mexicanos y de lo que hoy llaman su idiosincracia.

Hoy, al celebrar el Día de Reyes, lo que hacemos es honrar el valor más importante de los humanos: la generosidad. La disposición que esos “hombres sabios” que así se les llama en la mayoría de los idiomas que yo conozco de acudir con, dicen, mirra, incienso y oro al pesebre en el que, dicen, nació Jesús. Celebremos, pues, esa actitud de dar; lo que sea, pero desprenderse de lo que tenemos a la mano. Aunque no sea mirra, que a mí me tomó decenios saber qué era.

En las tierras en que los hoy Reyes Magos andaban siguiendo una estrella, esta noche los niños, si acaso ven alguna, están mirando en el cielo estelas de cohetes o ráfagas de metralleta. Los uniformes de los soldados de Israel son más familiares que la teta de sus madres.

Todavía nuestros turistas le llaman Tierra Santa.

Nosotros, a fuerza de madrazos, le estamos cambiando el nombre.

Generosidad,
algo que parece costarnos mucho hoy en día.

La carta de mi abuelo a los Reyes Magos...

Año tras año, mi abuelo en diciembre comienza la búsqueda de una hoja de papel ya gastada por los años. Nadie sabe a ciencia cierta de dónde salió, pero de que es vieja es vieja. Está rota de dos esquinas y está escrita a máquina de escribir.

La busca por un buen rato aunque todos sabemos que sabe dónde la guarda... es parte del rito que él hace para sacar su carta a los Reyes Magos. Una vez que la encuentra, se pone eufórico; va y nos cuenta a todos que ha dado con su paradero. "¿Te enseño mi carta para los Santos, Reyes Magos?" repite una y otra vez con una sonrisa pícara.

Dice que es verídica y yo nunca he puesto en tela de juicio las sabias palabras de mi abuelo. Este año, se la he pedido para compartirla con ustedes. Espero que les cause la misma gracia que, a todos los que la hemos leído, nos ha dado.

Queridos Reyes Magos:

Les extrañará que les escriba hoy 7 de enero, pero quiero aclarar ciertas cosas que ha ocurrido el día primero de este mes, en que lleno de ilusiones les hice mi carta, en la que les pedía un tren eléctrico, un par de patines y un traje de pelotero. ¡Ah! y una bicicleta.

Me destrocé el cerebro estudiando todo el año, tanto que no sólo fui el primero de mi clase, sino que obtuve la mejor nota de la escuela donde estudio, no los voy a engañar, no hubo nadie en el barrio que se portase mejor que yo, con mis vecinos, padres, con mis hermanos, con mis amiguitos, con mis vecinos, hacía mandados, ayudaba a los ancianos a cruzar la calle; y no se presentaba nada que estuviera a mi alcance, que no hiciera por la humanidad.

¡Qué huevos tienes ustedes! Dejando debajo de mi cama un pinche trompo, una puta corneta y un ojete par de medias. ¿Qué carajos se han llegado a pensar trío de mal paridos? O sea, que me han cogido de su pendejo durante todo el año para salirme con una cagada de esta categoría. Y no conformes con eso al maricón del hijo de la señora a quien mi papá le maneja el coche, a ese gran mierda sin educación, malcriado y desobediente, que no se puede entrar a su casa de la cantidad de jugetes que tiene refados por todas partes a ese hijo de puta si le trajeron todo lo que les pidió. ¡Qué poca madre! Por eso tiene que venir algo que nos hunda y nos desmadre, porque con unos Reyes Magos como ustedes, tan pinches y raisos, qué mierda de país se va a salvar. Eso sí cabrones, no dejen de verme el año que viene, porque voy a entrarle a pedradas a sus putos camellos para que se les espanten y tengan que chingarse a pue como yo, ya que la bicicleta que les pedi era para ir a la escuela que queda en casa de la chingada.

Y no quisiera despedirme sin mentarles la madre a los tres, ojalá y los fusilen y les den la silla eléctrica o la guillotina, para que no sean tan ojetes. Sobre todo al pinche negro de Baltazar a quien dirigí mi carta, bien me decía mi madre "no te fies de los negros que siempre la cagan".

Pero les advierto, el año que viene van a saber qué es un muchacho malo y cabrón, y entonces voy a firmar mi carta "EL CABRÓN".

P.D. El trompo, la corneta y el par de medias pueden pasar a recogerlos para que se los metan por el culo.
En fin... sabrá dios si fue real o no. Pero a mí cada año me hace reír.