martes, 29 de septiembre de 2009

Del olvido al... ¡No me acuerdo!


As veces no silencio da noite, eu fico imaginando nos dois...
A veces, me parece mucho más sano olvidar algunas para no evocar el recuerdo, para no pasar por aquello que dicen que recordar es volver a vivir, por aquello de la añoranza que nada bueno me traerá recordar el ahora amargo, sabor de tus labios en los míos, que preferiría la soledad me los impregnase con su licor amargo, que a final de cuentas es el mismo sabor que sé, por experiencia propia, que tiene la felicidad que pasé junto a ti...

Porque quisiera olvidarte y pese a todo no podré, porque no es posible olvidar esas sensaciones que me provocas y me maravilla(ba)n y la manera en la que me haces percibir el mundo a mí alrededor cuando estás junto a mí... y cuando no lo estabas pero tu figura permanecía en mi mente...

Y del no me acuerdo que tambien quisiera, porque has de saber que lo quisiera, realmente lograr. Porque de no haber tomado ese café de siempre, que tardábamos horas en beber, hasta que por fin al otro día, había de terminar; porque de no haber despertado a tu lado esas veces; porque de no haberte visto dormir con esa tranquilidad tan tuya... esto sería más fácil de sobrellevar.

Porque después de todo, sólo se trató de acostarnos juntos (o es mejor que de ahora en adelante así lo piense ahora). Porque ahora no es más que la mezquina paga de los que morimos juntos...

Pero a la vez, no te quiero olvidar... y tengo la seguridad de que no lo haré. Sólo te dejaré congelado, pasmado, como un fantasma del pasado, anclado en el presente, esperando el futuro. Porque uno no conoce los inescrutables caminos de la divina providencia, que a bien, preferiré esperar para conocerlos...

Porque si no te recordase, olvidaré las cosas que tú me evocaste... Porque aunque esté lejos de ti, y mi vida sea un martirio, de esos que no tiene ni alegría, ni luz... eres la buena razón, para que
la triste mañana sea sonriente, porque aunque todo sea triste y lúgrube en mi mente, porque me faltes tú, te seguiré recordando porque junto a ti, por ese momento dejó de ser así.

Porque si esto es parecido a estar saliendo de un manicomio, para entrar en un panteón... del olvido al no me acuerdo, hay sólo un paso, como el que separa al piso del vacío, que por ti, no vale la pena dar, ni estoy dispuesto a brincar...

sábado, 12 de septiembre de 2009

Enhorabuena…

Es cierto, no escribí ningún post…

Pude haber contado lo mega genial de ir a Improbroadway con tanto blogger y twittero, gracias a la insistencia de Chipotudo para que no nos diéramos luego de topes por dejar pasar la oportunidad de ir, pero no lo hice. (A propósito de ello, si no se leen en mi blogroll, avísenme que el domingo lo arreglaré) Pero regresemos al post de hoy…

Los días han sido lluviosos, nublados, fríos: bien chévere. No sé por qué pero me gusta: el sonido de la lluvia, los truenos y el silencio que provocan tras tocar tierra. La llovizna que cae empapando lentamente una ciudad tan ajetreada, en la que por momentos me pierdo.

Y son las 03:17 horas, sentado en mi cama, con una taza de chocolate…

En estos días, desde que escribí el último post han pasado tantas cosas de esas que, mi estimado lector, sé que le importan un reverendo cacahuate y mejor me las ahorro; no porque tenga un tema mejor para escribir, sino porque no creo que en verdad le interese malgastar su tiempo leyéndolas.

Pese a todo, heme aquí preocupado por olvidar por momentos mi blog. Y todavía de que olvido un blog, me apunto para escribir en otro: Testigos modestos, con una amiga: la señorita Almaráz, y aquí el primer post. Y tengo pendiente uno más que en cuanto esté, también se los avisaré.

Mientras tanto, les cuento que casi todo sigue como siempre: chévere. Y tal vez, y sólo tal vez… lo que ocurre es que me pongo meditativo con tanta lluvia y deprimido en este mes “patrio”. Pero ya habrá oportunidad, el martes, de postear acerca de por qué me deprime este mes.

Entre otras cosas, bonito aquello del combate a la pobreza, lástima que la desconfianza ante nuestro gobierno sea tan alta ( y por algo será ¿No?), genial cobertura mediática al disque secuestro de un avión por parte de un loco (o un poco más cuerdo que muchos) con un par de latas de jugos mexicanos… y el fervor de la muchedumbre , una vez más, en una patética demostración de nuestra mediocridad al festejar un partido de futbol.

Por lo pronto, han de saber que estoy alegre y contento de simplemente pensar en las ventanas de mi cuarto, y aún más feliz de tan sólo recordar que hay ventanas convencionales y aburridas de las cuales no vale la pena contar por ser transparentes entre otras características insulsas…

Así que…

¿Qué me cuentan ustedes, mis amables lectores, de las ventanas de su cuarto?

viernes, 4 de septiembre de 2009

Hoy no posteo realmente, mañana sí.

Sólo es para que lo sepan… Por cierto, que ya he pasado a comentar sus blogs. Mientras tanto, les dejo esto que me robé de una hoja pegada, hace algunos ayeres, en la pared del Museo Interactivo de Economía.

Nada es original.

Roba de cualquier sitio que te inspire o que alimente tu imaginación. Devora películas antiguas y modernas, música, libros, cuadros, fotografías, poemas, sueños, conversaciones aleatorias, arquitectura, puentes, señales de la calle, árboles, nubes, cuerpos de agua, luces y sombras. Roba sólo cosas que le hablen directamente a tu alma. Si haces eso, tu trabajo (y tus robos) serán auténticos. La autenticidad es muy valiosa, la originalidad no existe. Y no te molestes en disimular tus robos —si te apetece, celébralos. En cualquier caso, recuerda siempre lo que dijo Jean-Luc Godard: “Lo importante no es de dónde sacas las cosas —es a dónde las llevas”.

Y pondría el autor de esta frase que me ha gustado mucho, pero he decidido robársela, no colocar aquí su nombre, y además de ello, celebrar que no lo hago…

(Aquí iba eso mismo en una cajita esas en las que después de darle play, se deleitarían con mi pitera voz, pero Imeem se niega todavía… al rato lo subo)