Ya todo el mundo habló de la influenza menos yo. Aunque ahora que lo pienso podría no hablar de la influenza y de lo ridículas de las restricciones y recomendaciones que planteo el gobierno tanto federal y local, o tal vez de cuán divertido era estornudar en el metro y que toda la gente se abría cual pistaches y me dejaban medio vagón para mí solo.
Pero después de meditarlo ampliamente… He decidido pagarle su post a [MnS] que hace algunos ayeres le había prometido. Y es que cómo no hacerlo si es toda un amor, por eso te amo, aunque no me hayas querido ver.
Y es que le había comentado que le contaría la historia de por qué Neta en este post.
Así que a lo que nos interesa hoy.
Hace…. tres años, me encontraba pintando una de tantas paredes de la casa. Y ya saben que para no pintar todo, uno pone periódico viejo por todos lados. El eterno problema es que cada vez que yo lo pongo, me da por leerlo y no termino jamás de pintar. Por eso, me topé con una nota que hablaba de una organización que cual Patch Adams, visita hospitales en México.
Pero no venía mucha información, entonces tomé el teléfono y tras una plática de escasos cinco minutos, ya había dicho que sí, que claro que me gustaría tomar el curso y que me esperaban ahí cuando no tenía una real idea de qué se trataba.
Así, después de conseguir el dinero de mi curso de-no-tenía-ni-puta-idea-de-que-se-trataba, fui y cuando llegué seriamente me pregunté como me dejé arrastrar hasta esa casa de locos. Pero me quedé, algo de lo que estoy orgulloso y que me cambió radicalmente.
El curso no era realmente un curso, era convivir con un grupo de personas igual de chifladas que yo, que llegamos ahí por mil razones pero que estábamos ahí de todo corazón. Y es que de lo que se trataba era de dar un poco de cada uno de nosotros a alguien desinteresadamente.
Y así después de dos semanas, yo ya estaba listo (según) para comenzar a visitar a personas sobretodo en hospitales. Pero me faltaba algo…. Ya tenía yo mi bata blanca… tenía mi nariz roja y ya tenía pensado mi maquillaje… Y no, todavía no me había pasado por la cabeza comprar mis zapatos de clown.
Me faltaba el nombre… pero no se me ocurría que nombre darle a mi personaje (porque propiamente yo no era el que iba, sino el personaje que en el curso mmm… potencialicé). Entonces me pasaron por la mente las mil y un maneras en las que me habían llegado a nombrar….
Y por algo recordé que alguien se la pasaba diciéndome Neta, porque como bien saben (y sí no, pues de una vez les digo) me llamo Mario Alberto, pero me gusta más Alberto. Y me decía Neta, qué onda tu Mario-Neta. Entonces decidí dejarme el nombre que tanto me molestó por algún tiempo.
De lo que pasó de ahí en adelante, hay mucho que podría contar pero muy poco que realmente me gustaría hacerlo. Y para que nos e queden con cara de qué, de no entendí ni madres; les dejo dos fotos… la de mi credencial de voluntario y una de visita a hospital:
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