Y yo no lo sé de cierto, pero al parecer así es... Febrero 2009 ha sido uno de los mejores febreros que he tenido sino es que el mejor... y de cabo a rabo. Y marzo no se ha quedado atrás... ha sido como lo mismo pero aún más loco.
Dicen que honor a quien honor merece, y yo digo que, aparte de eso, tiempo al tiempo.
En fin... de cualquier manera, yo sé que dios y yo no acabamos muy bien el último día de febrero y me lo trata de compensar. No sé hasta qué momento yo aguante todo esto, lo que sé es que también tiene que ver la cuaresma y el maldito de dios está detrás de todo esto.
Pero pues a rajarse a su casa y ahora me canso de que no sea así.
Y ustedes, estimados lectores, se han de estar preguntando cómo es que dios me trata de compensar las malvadas acciones que lleno de rabia arremetió contra mí. Pues, Señoras y señores, desde ayer domingo me la ha chevereado nada más.
Fui a ver La invención de lo cotidiano en el MUNAL, que les diría que fueran a verla de no ser porque el domingo fue su último día. Luego, fui a comer pastel a esa pastelería que me archi-re-que-te-re-contra-gusta, Los artesanos del dulce. Después de eso me la cheverié con gente poca madre un tanto freaky pero aprendí o entendí cómo jugar Heroquest.
Ayer, de no ser porque no llegué a mi clase de siete... Me la pasé poca madre también. Fui a ver Dulce Caridad (que retrata la vida de Aldebarán, ok, tal vez no pero es muy gracioso cómo le decimos ahora Caridá) y sí, hubiera sido aún mejor si hubieras ido (pero pues a final de cuentas ni leerás esto, entonces da lo mismo). Claro, cuando acabó, salí corriendo a mi clase de francés.
¡Ah! Es que no lo había posteado tampoco, pero ya retomé mis clases de francés en la Alianza francesa.
Y hoy, fui a ver la exposición Delirios de la Razón, de David LaChapelle en el Antiguo Colegio de San Ildefonso. Está puta, buenísima. Es una mentada de madre recomendable. Después de eso me fui, no a comer, sino a atascar de comida con mi má.
Y entre todo eso, me he dado unas divertidas tremendas en clases. Lo que es mi maestro de investigación, Daniel Lara, y de Semiótica, Gandhi... me han hecho reír bastante.
Chéquensé que como ya no podía usar ni número ni letras, usó manitas para contar mi maestro de investigación.
Les presento a Gandhi en caricatura por él mismo, explicando el acto ilocucional del habla...
Les presento a Gandhi en caricatura por él mismo, explicando el acto ilocucional del habla...
Pero así es esto...
Y mañana me toca ir al cine y a mi clase de francés, aparte de la escuela obviamente.14 días que van y 26 que faltan...
Y ya quiero que sea seis de abril.
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