sábado, 4 de abril de 2009

Por mí no quedó…

A Voltaire, cuyo nombre real era François Marie Arouet, se le atribuye la frase “No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo”. Una frase sin lugar a dudas de un gran peso que, sin embargo, en mi opinión se presta a mal interpretaciones.

Y antes de continuar, pido que leas el post anterior y sus comentarios, junto con este otro que dice a quién iba dirigido por si gustas entender la historia.

Ahora bien, precisaré que esto no es una respuesta en concreto hacia el anónimo del post anterior sino que simplemente explicaré las causas y a razón de qué habrá un par de cambios en el blog.

Comenzaré por el principio. Lo que he vaciado en este blog, es una parte de mi vida que gustosamente, he decidido compartir con todo aquel que guste de leerla. Esa parte incluye lo que a mí me acontece con mis amigos; en la escuela, en la casa, en la calle; con mi familia; de mis amores y de mis desaventuras.

Los propósitos, aparte de compartir simplemente, han sido practicar mis escritos; divertir al lector que me quiera leer; compartir lo poco o mucho que sé; tratar de provocar alguna emoción con lo que cuento o provocar la curiosidad acerca de ciertas cuestiones como exposiciones, lugares, personas, entre otras cosas.

Ahora bien, retomando la frase apócrifa de Voltaire, desde un principio me mostré en contra de la aprobación de los comentarios, de la prohibición de comentarios anónimos así como de su eliminación.

Prueba de ello es que hasta el momento se había mantenido esta política por mi parte. Esto, porque me parece que siempre puedes aprender, reflexionar, y muchas cosas más; de las opiniones de otras personas. Podré defender el derecho a expresarse, sin embargo creo que todo tiene un límite que no se ha de transgredir.

Hace un año tres meses, recuerdo que falleció una periodista con una frase muy particular que retomamos en mi clase de nota periodística. Hasta el día de hoy, no recordaba su nombre, únicamente recordaba su rostro, que vi en el noticiero.

Su nombre fue María Victoria Llamas. Periodista reconocida, pidió que se le recordara con la frase que titula esta entrada. Yo la recuerdo por la siguiente frase:

Asegúrate de que es cierto lo que vas a decir; si es verdad cerciórate de que merezca ser comunicado. Una vez satisfechas estas condiciones previas, pregúntate si servirá para que la gente se informe, se divierta, se supere o aprenda, pero que no se utilice para degradar, humillar o burlarse de personas o grupos

Ella, complementaría la frase adjudicada a Voltaire.

Todo esto viene a razón de los comentarios versados de manera anónima por una persona que seguramente es cercana a mí. Yo no estoy para aclarar si mis acciones suelen ser las más respetuosas antes los ojos de los demás. Mis acciones son mías y de ningún otro, y a menos de que afecten a alguien más, debieran de permanecer de esa manera.

Por ello, me desagradaron desde un principio ese tipo de comentarios. El hecho de no ser simplemente una crítica/opinión hacía mí me ha parecido terrible. No puedo permitir que haciendo uso de su libertad de expresión, se le falte al respeto a persona alguna de semejante forma.

Es el caso, por el que lamentablemente no permitiré más los comentarios anónimos. Pido una disculpa a todo aquel lector que guste comentar pero no goce de una cuenta para poder hacerlo, y me veré honrado al ser comentado por alguien que se ha tomado la molestia en crear una cuenta (no necesariamente han de ser bloggers, simplemente pueden crear una cuenta de google).

Esto con el fin, de que la armonía permanezca dentro de este espacio que a final de cuentas se nutre tanto de mi parte, como de ustedes.

Espero comprendan las razones por las que he tomado esta decisión.

Neta.

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