martes, 23 de junio de 2009

Oh la lá!

“Uno siempre debe mirar hacia atrás, aunque se corra el peligro de quedar como la mujer de Lot, no sólo porque ahí está la senda que nunca más se debe volver a pisar, sino porque a través del espejo retrovisor puedes constatar, que las cosas están más cerca de lo que aparentan…”

El domingo, 20 de junio, mi blog cumplió un año. Han pasado dos días desde tal conmemoración, y yo no había posteado nada. [MnS] me ha considerado, no un mal blogger, sino un blogger malo.

Sin embargo, heme aquí sentado en la mesa de la cocina mientras preparo la cena, preparando este post. Entre jitomates, cebollas, papas, albahaca, carne, pasta, crema, pollo, queso, una jarra de té de hierbabuena que acabo de preparar y un cigarro que fumo mientras bebo café.

Y no había posteado no porque no tuviera ganas, esas rara vez menguan en mí, sino que no había querido hacerlo hasta este momento. Estuve haciendo cosas para contarles luego…

Y es que no había terminado de leer mis posts cuando un chavo del myspace me hizo revisar mis comentarios para reclamarle algo… Entonces me tardé más, pero me puso a pensar en muchas cosas.

Verá, mi estimado lector, este blog fue abierto a razón de un drama digno de cualquier telenovela mexicana transmitida por telerrisa. Aunque yo ya tenía la URL del blog desde hace más de un año, nunca había escrito nada. Y fue un berrinche a causa de alguien de quién me estaba enamorando.

Si revisásemos las entradas del blog, una por una, notaríamos que la mitad tratan acerca de temas totalmente irrelevantes y de mi vida que hasta a mi me aburre a veces. Empero, muchos nos hemos yendo leyendo desde hace menos de un año.

En fin: amoríos y desamorios; pleitos y reencuentros; viajes, salidas, idas; canciones, películas, opiniones, críticas, recomendaciones.

Pero a final de cuentas, es una parte de mi vida que como en otro post dije, les cuento con mucho cariño. Flor de Loto y uno de sus posts, me dejó pensando acerca de cuál era la necesidad de contar mi vida.

Me sucedió ya con mi anónimo (que realmente me interesa saber qué fue de él o ella) y como Blagora a bien me dijo que, yo sólo proporcioné aquello con lo que fui agredido, es el riesgo.

Sin embargo, mi blog también me ha hecho conocer gente que de otra manera no hubiera conocido jamás, empezando por los comentadores de este blog.

Escuchar las historias de Sirako caminando por Coyoacán, reír con el Chipotudo en CU, ponerme a chingar por el Messenger a Cool-Acid, reclamarle a [MnS] que es una vándalo, leer los comentarios de Lorenita que fueron como un abrazo, que Mona me diga que estoy papacito cuando se conecta, las historias de Quique y los regaños de la Cocona, que Varol me pregunte si no me suicidaré casi casi. (Y tantas cosas más que de seguir escribiendo necesitaría demasiados posts..)

A final de cuentas, tal vez sólo me he ido encariñando con ustedes…

Si tuviera que enlistar los lugares desde donde he posteado; mi casa, cafés internet en el centro, en Guanajuato, en Puebla, en Torreón, en Cuernavaca, en Cancún…

Que he posteado acerca de mis amigos de la escuela, del café, de mis clases de francés, que si los del capoeira… De lo que me comí, de lo que vi, de lo que pensé…

Por mi blog, cualquiera podría decir dónde vivo,a qué escuela voy, a quién le hablo, cómo viajo por la ciudad, qué como, si me gusta el calor, qué bebida prefiero…

Y leerlo es recordar cosas. Tal vez, y sólo tal vez, me puse nostálgico-melancólico porque si lo pienso, me parece que vivo por momentos muy rápido que no me detengo a reflexionar…

Lo que me lleva a otro punto a favor del blog. Es un ejercicio mío, de practicar mi redacción, así como para reflexionar mientras plasmo en él las ideas que, de una u otra forma, van tomando hilo en mi mente.

Porque si me vieran, podrían pensar: “es gay”, “es anoréxico”, “se droga”, “ es un huevón”, “se maquilla”, “fuma mucho”… y puede ser que la mitad o más fuesen ciertas, sin embargo, no veo por qué sea del interés común si es mío y no gusto compartirlo.

Pero es esta la parte que tan maravillosamente me gusta contarles de lo que me pasa, me sucede, y porque a final de cuentas si alguien necesita saber quién soy, estas letras… todas estas frases, dirían quién soy. No cómo me veo…

Y después de llenarme las manos en carne molida con huevo y hacer bolitas para la pasta… Me parece que el blog no es tan mío, sino también suyo. Porque contento les cuento, triste les platico, emocionado escribo…

Todo lo que he escrito, nunca volverá a suceder bajo las mismas condiciones, y aquí consta que pasó. Y de una carta que escribí hace años:

¿Cuán relativo es el tiempo? Yo creo que lo bastante para que en un año pasen más cosas de las que se creen que pueden ocurrir. Si lo piensas, un año son 365 días, 8 700 horas, 525 600 minutos y 31 536 000 segundos. En números, parece mucho, pero a mi me es igual de relativo.

Y pensar que en esas 8’700 horas, poco a poco, me he dado más cuenta de cómo soy, de por qué soy así, de en qué creo…

Porque a final de cuentas, es parte de mi vida, y es donde registro buena parte de ella. Porque es el mejor lugar que no existe; donde no te dicen qué decir, qué hacer, cómo hacerlo…

No sé cuánto tiempo escriba aquí; si mañana me atropellasen… Sólo, quiero agradecerles a todos aquellos que se han tomado el tiempo de leer tanta estupidez que llego a escribir, por estar en esos momentos en los que la palabra emputado no puede con la emoción que siento… Por estar ahí para decirles que es lindísimo y me gusta mucho, que me encanta… Por lo que ha pasado, y lo que es este blog, y lo que le falte por recorrer….

Gracias,

así que.. a cenar, que hoy estamos aquí.

*Y lo iba a postear anoche, pero me quedé dormido viendo “el Internado” en Youtube.

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