La foto que se me olvidó postear... Jessica y yo.El jueves acabé. Fue un buen día... lleno de fotos, de eso de —Pásame tu número... Dame tu mail... Te mando las fotos... Recorrí todo el Centro Banamex, bajé a la Aldea Global; conocí a la coordinadora de voluntarios, una linda francesa llamada Anne-Sophie. Vi el desmadre de cómo recogían los stands de la sala de exhibiciones, incluso estuve en la foto de voluntarios del Media Center, donde yo no estuve en toda la semana.
Me despedí de las chulas, con todo fotos y demás.
Al otro día fui a recoger mi constancia y de ahí a casa de Paola. Llegué hasta allá y ya andaba por ahí Daniel San (lean Su post acerca de esto del voluntariado) limpiando la casa de Paola porque se nos haría tarde. Como ni barrí ni trapée me mandaron a recoger a Naye, que según llegaba a las 8 30 y llegó media hora tarde. Fuimos todavía a cenar con la má de Paola. (¡Qué buenos antojitos mexicanos prepara! Luego les paso la dirección)
Llegamos al Pasaguero a eso de las 11, encontramos amigos e hicimos más mientras Naye y Paola se guardaban condones en las bolsas. La barra libre... el ron... las chelas... el ambiente tan pocasumadre que existe entre el voluntariado. Vi a Felix, a Mikele, a Norma, a Jéssica, a Anne-Sophie; conocí a Gerardo, a Alejandro (sobrino de Jessica a lo que yo no daba crédito, y más tarde tampoco lo daba...), a Juan Carlos; bueno infinidad de nombres.
Chacoteamos con más voluntarios que andaban por ahí... unas chavas a las que les dimos unos tragos porque la fila para la barra libre (sí, la que como dice la Winehouse es para los mortales; sólo que nosotros compramos al mesero) estaba larguíiiiiiisima. Luego regresaron, brindamos por algo que ya no recuerdo y hasta foto con ellas tuvimos.
Después, a eso de las dos de la mañana, nos fuimos a la Zona Rosa. Todavía Jessica nos dio 200 condones para repartirlos por allá. Llegamos, cheleamos más tiempo y ahí fui presa de un par de acosos y una lista de insinuaciones mal plan que gracias a Naye y Paola pude librar. Bueno, también a Alejandro que qué cosas pasan en esos lugares a esas horas.
Salimos y marcándole a los amigos... resultó que Alde estaba en la glorieta de los insurguentes. Naye y yo fuimos, con un vaso de chela en la mano y condones. Un policía estaba levantando a un borracho y me vió con el vaso de chela (que al momento lo dejé caer al piso) y me dice "Estaban chupando en vía pública." Volteo a ver a Nayeli, que volteó a ver al policía y le extiende un disco y le dice con acento de mi-no-espic-espanich —Sida Information...
Caminamos como media cuadra y nos desternillamos de la risa. Llegamos por Alde y regresamos con los demás. Poncho se veía reteque bien. Pero al punto, de ahí íbamos a ir a un bar todavía pero Paola tenía que regresar porque trabajaba temprano. Llegamos; Nayeli, Alde y yo nos pusimos a jugar con tanto condón que llevabamos y luego nos fuimos a dormir. Nos levantamos tardísimo y volvimos a desayunar con la má de Paola.
Desayunando, el primito de Paola va y le dice... Es gay tu amigo, ¿Verdad? Por como habla y como mueve las manos. Yo no daba crédito a que un niño de siete años estuviera diciendo eso. Luego le dijo todavía Es eso, o bisexual o, metrosexual. O sea... esa fierecilla del bosque hablando así de un desconocido. ¡Qué escuincle tan cabrón! Me cayó re-bien. Y total... regresé a mi casa a eso de las dos de la tarde.
Me despedí de las chulas, con todo fotos y demás.
Al otro día fui a recoger mi constancia y de ahí a casa de Paola. Llegué hasta allá y ya andaba por ahí Daniel San (lean Su post acerca de esto del voluntariado) limpiando la casa de Paola porque se nos haría tarde. Como ni barrí ni trapée me mandaron a recoger a Naye, que según llegaba a las 8 30 y llegó media hora tarde. Fuimos todavía a cenar con la má de Paola. (¡Qué buenos antojitos mexicanos prepara! Luego les paso la dirección)
Llegamos al Pasaguero a eso de las 11, encontramos amigos e hicimos más mientras Naye y Paola se guardaban condones en las bolsas. La barra libre... el ron... las chelas... el ambiente tan pocasumadre que existe entre el voluntariado. Vi a Felix, a Mikele, a Norma, a Jéssica, a Anne-Sophie; conocí a Gerardo, a Alejandro (sobrino de Jessica a lo que yo no daba crédito, y más tarde tampoco lo daba...), a Juan Carlos; bueno infinidad de nombres.
Chacoteamos con más voluntarios que andaban por ahí... unas chavas a las que les dimos unos tragos porque la fila para la barra libre (sí, la que como dice la Winehouse es para los mortales; sólo que nosotros compramos al mesero) estaba larguíiiiiiisima. Luego regresaron, brindamos por algo que ya no recuerdo y hasta foto con ellas tuvimos.
Después, a eso de las dos de la mañana, nos fuimos a la Zona Rosa. Todavía Jessica nos dio 200 condones para repartirlos por allá. Llegamos, cheleamos más tiempo y ahí fui presa de un par de acosos y una lista de insinuaciones mal plan que gracias a Naye y Paola pude librar. Bueno, también a Alejandro que qué cosas pasan en esos lugares a esas horas.
Salimos y marcándole a los amigos... resultó que Alde estaba en la glorieta de los insurguentes. Naye y yo fuimos, con un vaso de chela en la mano y condones. Un policía estaba levantando a un borracho y me vió con el vaso de chela (que al momento lo dejé caer al piso) y me dice "Estaban chupando en vía pública." Volteo a ver a Nayeli, que volteó a ver al policía y le extiende un disco y le dice con acento de mi-no-espic-espanich —Sida Information...
Caminamos como media cuadra y nos desternillamos de la risa. Llegamos por Alde y regresamos con los demás. Poncho se veía reteque bien. Pero al punto, de ahí íbamos a ir a un bar todavía pero Paola tenía que regresar porque trabajaba temprano. Llegamos; Nayeli, Alde y yo nos pusimos a jugar con tanto condón que llevabamos y luego nos fuimos a dormir. Nos levantamos tardísimo y volvimos a desayunar con la má de Paola.
Desayunando, el primito de Paola va y le dice... Es gay tu amigo, ¿Verdad? Por como habla y como mueve las manos. Yo no daba crédito a que un niño de siete años estuviera diciendo eso. Luego le dijo todavía Es eso, o bisexual o, metrosexual. O sea... esa fierecilla del bosque hablando así de un desconocido. ¡Qué escuincle tan cabrón! Me cayó re-bien. Y total... regresé a mi casa a eso de las dos de la tarde.
Por esto y muchas cosas más...
Adoro el voluntariado.
Adoro esa expresión de fierecilla del bosque.
(Y ya me voy a dormir que por fin ha empezado el semestre y en siete horas tengo clases)
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