sábado, 27 de septiembre de 2008

De chinos y chelas...

Pues ayer vi a Bety... Así como que Luis que no llegó que porque no sé qué...entonces le marqué a Beatriz y le dije que andaba en el centro y que si hacíamos algo. Más dis-puesta que nada me dijo que sí y como yo ya estaba en la esquina de su trabajo no me quedó más que sentarme a esperarla una hora.

Salió de trabajar y yo no tenía yo ni puta idea de a donde ir por una chela con ella. Entonces recordé que la última vez que la vi, se montó en su macho (Qué raro de ti… ¿No Bety?) de que los chinos no vendían cerveza. (No sé porqué chingados pensaba eso)

Entonces fuimos con los chinos y entre que el señor que tocaba la guitarra en dónde estábamos, no dejaba de ver a mi amiga (que de hecho le dijo que qué bonitos ojos tiene debajo de esa dos cejas y Bety muerta de la risa porque ni cómo tener los ojos encima de las cejas, ¿O qué no?) y una loca que armó pleito ahí… Nos acordamos de cuando en el rosario, Bety (quien iba bieeeeeen peda) en un acto de gran habilidad perdió un boleto de metro.

Lo que pasó es que nos equivocamos de escaleras, entonces los torniquetes que estaban de ese lado sólo son de salida (que de haber estado más sobrio habría recordado). Bety bien segura de sí misma, como siempre, caminó hasta los torniquetes y en su actitud de ¿Cómo-chingados-no? que mete el boleto en una ranura.

¡Puta! Fue tan gracioso, porque todo pasó en chinga. Bety mete el boleto por una ranura cuando yo me doy cuenta que no son los torniquetes de entrada; un policía le dice que por ahí no es la entrada y yo me empecé a reír, mientras Bety seguía viendo la rendija donde aventó el boleto y se empezó a reír mientras me decía… ¡Por aquí no era! Todavía como que quiso agacharse para ver si no había salido el boleto por algún lado y yo ya le comenzaba a increpar que había perdido un boleto.

Lo demás de esa noche no vale la pena recordarlo.

Aparte de eso… Me boté de la risa porque un chavo que trabaja con Bety nos alcanzó a dos cuadras de su trabajo para regalarle un ramo de rosas, qué tierno… habría sido si no se las hubiera regalado a ella.

Le dicen El conde, lo cual me dio mucha risa cuando lo vi porque, en efecto es un conde…nado hijo de su… Bueno, el punto es que llegó bien rudo en una moto y le dio las flores a Beatriz. Lo que yo me pregunto es… ¿Acaso tiene cara como de ser mu(la)y amable para que cualquier hijo de… le regale flores?

(No le regalen flores, ni chocolates a menos que quieran que les miente la madre. Regálennos cigarros o algo más útil, digo, regálenle.)

Bueno, a todo esto… quiero ir a La Botica… ¿Quién se apunta?

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